La palabra que dormía mientras la escuchamos
Paul Celan
mientras la escuchábamos la palabra dormida musitó su nombre como si soñara ser pronunciada
soltó un suspiro lánguido y quejumbroso que parecía expresar un anhelo profundo y frustrado de formar parte de una oración
de pronto bostezó poseída sin lugar a dudas por el deseo ardiente de escuchar su voz
cuando poco a poco empezó a desperezarse todos entendimos que le costaba cierto esfuerzo definirse
pero al despertar la palabra —que ya no dormía— se pronunció se articuló se declaró e insistió en traducirse a sí misma